Bajo la dirección de Igor Yebra, el Ballet Nacional Sodre repone la obra cuyos ensayos ha supervisado Frank Andersen
El Auditorio Nacional del Sodre acoge el estreno de La Sylphide (1832), por parte del Ballet Nacional Sodre (BNS), de Uruguay -cuyo director artístico es Igor Yebra-, producción en la que también participan estudiantes de las Escuelas de Formación y que cuenta con la música en directo de la Ossodre, bajo la batuta de Diego Naser. Hoy se levanta el telón para el espectáculo que continuará en cartelera hasta el próximo domingo 26 de mayo.
Para las tareas de reposición de la obra, el BNS ha contado con Frank Andersen, una eminencia de la técnica Bournonville -escuela danesa del ballet-, y su esposa, la también bailarina y coreógrafa Eva Kloborg. Con 18.000 localidades vendidas antes de su estreno, La Sylphide apunta hacia un nuevo éxito del BNS, en la temporada que arrancó hace un par de meses con Carmina Burana.
La obra. La Sylphide está considerado como el primer ballet romántico y además, la primera obra en la que la protagonista -interpretada por Marie Taglioni- emplea sistemáticamente las zapatillas de punta para representar el carácter etéreo de la sílfide. Su estreno tuvo lugar en la Ópera de París, el 12 de marzo de 1832, con coreografía de Filippo Taglioni y música de Jean Schneitzhöffer.
Sin embargo, la obra ha pasado al repertorio balletístico a través de la versión de August Bournonville, estrenada cuatro años después en el Teatro Real de Copenhague, con música de Herman Severin Løvenskiold. En esta versión, el papel principal recayó en Lucile Grahn. Se considera esta obra una de las piezas principales de lo que posteriormente se conocería como la escuela danesa del ballet.
El argumento. Un joven escocés llamado James está comprometido con la joven Effie. Una noche, mientras echa una cabezada, entra una sílfide -un ser etéreo, invisible y de gran belleza- por la ventana. Ambos se enamoran, pero siendo la sílfide un ser inmortal, James decide visitar a la bruja Madge. Ésta, que también está enamorada de James, le entrega una poción haciéndole creer que así se le caerán las alas a la sílfide y perderá su condición de inmortal. Sin embargo, el bebedizo, en realidad, mata a la sílfide, dejando a James roto de dolor.